sábado, 8 de agosto de 2015

Feliz verano amores!!!


Y ahora si que han llegado, ya están aquí, ya las puedo sentir ¡¡las vacaciones!!

Este año volvemos a un lugar dónde hace unos añitos íbamos para estar tranquilos y disfrutar del mar. La última vez que estuve allí me prometí que el siguiente verano que volviera lo haría con barrigota. Pero no ha sido así!! No ha podido ser!!

Volveré sin barriga y más vieja pero también más sabia y con más conocimiento real sobre la vida y sus duros golpes, cicatrices en el alma incluidas, pero también más humana, más realista y podría decirse que en cierta manera vuelvo más feliz. Porque ahora sé lo que verdaderamente me hace feliz y no pierdo el tiempo con tonterías, disfruto de cada momento de felicidad y me muero de que llegue mi momento "mamá" ese momento será la bomba, pero hasta que llegue me he de conformar con otros momentos que también valen mucho la pena, como por ejemplo "momento tía" "momento mi mami" "momento bueli y yo" "momento amore" "momento yoga" "momento amigas" "momento risas"....y así un montón de momentos de felicidad.

Así que amore, nuestra trufa perruna y yo nos vamos de vacaciones. A disfrutar de nosotros mismos en familia, del aire, del mar, de la buena comida, de las siestas, de los paseos, de las visitas de los amigos, de los momentos leyendo o de los momentos sin hacer nada de nada...
Nos vamos a disfrutar que nos lo merecemos mucho, pero pensando y convencidos de que cuándo volvamos lo vamos a conseguir y el próximo verano, el verano del 2016 si que tendremos barrigota, ¡¡estamos seguros de ello!!

Os deseo un feliz verano a todas y a todos, a las que estáis todavía en la lucha cómo yo daros un respiro y desconectar, y las que lo habéis conseguido ya y lucís barriguita aprovecharlo al máximo y disfrutar de este verano con vuestro bebé dentro, es alucinante y mágico.

Os voy a echar mucho de menos, pero en cuanto vuelva me pondré al día con vuestras historias y os contaré cómo me ha ido a mi.

Así que nos vemos a la vuelta!!!

Un besazo
Memole

martes, 4 de agosto de 2015

Mi camino hacia la ovodonación

Ha sido un camino muy duro hasta tomar esta decisión o debería de decir tomar esta NO decisión, porque realmente todavía no tengo clara la decisión a tomar.
 
Ha sido horrible, cada día pensaba una cosa, cada día mi mente lo justificaba de una manera y mi corazón de otra.
Cuándo mi doctora nos aconsejó después del aborto y después de ver que los dos embriones tenían trisomias, ir a ovodonación, yo le sugerí que todavía tenía un embrioncito congelado y que no me veía capaz de olvidarme de él.
 
Mi doctora lo valoró y me planteó la posibilidad de hacer un nuevo tratamiento pero bastante limitado, pues no podíamos hacer DGP (por el bajo número de óvulos que genero) y hacerlo sin DGP era arriesgarnos a otro aborto pero era una opción. Yo al principio lo vi claro, mi doctora me daba otra oportunidad antes de pasar a OVO. Haría todo lo posible por intentarlo con mis óvulos, así que la ovodonación podía esperar.
 
Pero en mi mente un proceso había empezado sin darme cuenta. De repente pasé de estar contenta por la opción de hacer un nuevo tratamiento a ver que esa opción no era tan favorable cómo yo creía. Así que un día vi claro que no quería volver a pasar por ahí y que lo que quería ante todo era ser mamá pero de un hijo sano y sin riesgos innecesarios. Por lo que hacer un intento sin tener la certeza de que los óvulos iban a estar sanitos era muy arriesgado y contemplaba un abanico tan amplio de posibilidades (abortos, trisomias, amniocentesis, estrés, miedo, temor...) que no sé si compensaba.
  
Pero cuándo yo se lo dije a mi doctora me sorprendió su reacción, pues ya se había propuesto un intento más y no me veía del todo convencida con el tema de la ovodonación, vio en mi dudas y quizás realmente estaban o me las generó nuestra conversación, pero entré en su consulta creyendo tener claro que nos queríamos ir a ovodonación y salí otra vez con la idea de hacer un último intento con mis óvulos.

Así que sin estar del todo convencida empecé a tomarme anticonceptivos (Microdiol) para parar mis ovarios y así intentar ver los niveles de mis hormonas y ver si podíamos hacer una nueva estimulación...
Quizás por no estar del todo convencida o quizás porque mis ovarios habían dicho basta, la cuestión es que los valores dieron bastante mal. La FSH alta y el estradiol bajo...así que otros tantos días con Microdiol y analítica con la nueva regla.
 
Durante estos días me vino un dolor fuerte de ovarios, me encontraba muy cansada, mi mente no paraba de darle vueltas al tema, me costaba pensar en medicarme otra vez...en resumidas cuentas no me veía capaz de pasar por más pinchazos, por otra punción, por otro embarazo con  riesgo de aborto, pero sobre todo no me veía capaz de un nuevo aborto, un nuevo legrado o un embarazo muerta de miedo por todos los riesgos que conllevaba, la amniocentesis, la posibilidad de tener un bebé con alguna trisomia no detectada en las pruebas médicas, muerta de miedo por si mi bebito tuviera algún problema de salud....no me veía capaz. Me sentía cómo si estuviera escalando una montaña enorme con el viento de cara, cuándo realmente yo lo que quería era bajar de ella y quedarme en la ladera soleada, con arboles y pájaros cantando.
 
Yo soy luchadora por naturaleza, si tengo que luchar, lucho, si tengo que sufrir dolores, taquicardia, mareos, angustias, escalofríos... cualquier efecto de la medicación lo asumo, todo por mi deseo de ser mamá...pero esta vez algo me frenaba, algo me impedía coger impulso otra vez e ir a por todas y lanzarme a este nuevo intento con mis óvulos.

De repente, me di cuenta que seguía por inercia, me estaba tomando el Microdiol porque no me costaba mucho esfuerzo hacerlo pero que realmente lo que no quería era tomar la decisión de si hacer un intento con mis óvulos o parar aquí.
 
Estaba alargando el momento de tomar la decisión.
 
Sabia que no quería continuar, me costaba mucho, estaba muy cansada y agotada. 4 FIV eran muchas para mi, la tercera sin posibilidad de transferencia, dos histeroscopias, un aborto diferido de mis dos bebitos por trisomias en los dos...toda mi historia me había dejado sin fuerzas. 
Incluso pensaba que ojalá me dijeran claramente que ya no tenía posibilidades de obtener óvulos en la punción, que ya no vale la pena hacer ninguna estimulación y que lo mejor es irnos a ovodonación. Pero no iba a ser tan fácil.
 
Ante la siguiente analítica la enfermera me dijo que me tomara Femara hasta la siguiente semana que tenía la consulta...y claro, aún con la duda de si realmente quería hacer un nuevo intento con mis óvulos decidí tomarme la medicación y esperar a la consulta con mi doctora. 
 
La historia de esta consulta creo que ya os lo he contado en una entrada anterior.
Nada más entrar mi doctora me dijo:
- Bueno, Memole, ya está todo hecho. Las hormonas dan fatal así que está bastante claro.
- Ya nos lo imaginábamos así que venimos muy animados con el tema de la ovodonación. Evidentemente con dudas porque cabía una posibilidad pero lo hemos hablado mucho.
- De todas formas te voy a hacer la eco y vemos qué tal están tus ovarios.
 
Para nuestra sorpresa habían 4 folículos, incluso de tamaño mejor que en la última estimulación hecha un año justamente, por lo que al parecer no pintaba muy mal. Aunque claro, no quería decir ni mucho menos que los 4 llegaran al tamaño adecuado y tampoco quería decir que de los que llegaran al tamaño adecuado tuvieran óvulo, tampoco estaba claro que fecundaran, ni que implantaran y ni que estuvieran sanitos... pero bueno, allí habían 4 folículos.
 
Aquella situación nos descuadró, íbamos convencidos que la doctora nos iba a decir que no valía la pena estimular...incluso por sus palabras al entrar en la consulta creo que ella también estaba convencida de que no iba a haber nada por lo que luchar y otra vez la situación hacía que volviera a dudar. Otra vez la vida nos lo ponía difícil, ni llegado a este momento nos ayudaba la vida a tomar la decisión poniéndonos delante evidencias y circunstancias que nos ayudara a ir hacía uno de los dos caminos, pero teníamos que ser nosotros los que decidiésemos, la vida así lo quería, nadie ni nada iba a decidir por nosotros. Aunque he de decir que mi amore lo tenía completamente claro pero yo no.
 
Mi doctora también nos dijo que ella no tenía nada más que decir, que la decisión era mía, pero que tenía que tomar una decisión.
Y yo pensaba: Ojalá lo consiguiera!! Si es lo que más deseo, tomar la decisión!! Pero no puedo!!
 
Pareció que no entendiera por qué me costaba tanto tomar la decisión, que no lograra tomar la decisión todavía, pero es que no era una decisión fácil. Además en cada consulta las circunstancias cambiaban y en una consulta estaba todo apuntando a la ovodonación y de repente a las dos semanas en la siguiente cambiaba otra vez todo, apuntando a un nuevo intento, y así sucesivamente...y yo era incapaz de decidir, como he dicho me dejaba llevar.
 
Así que salimos de la consulta diciendo que lo teníamos que pensar...que nos dieran las pautas a seguir en el caso de hacer el intento con nuestros óvulos y que llamaríamos más tarde para decir qué decisión habíamos tomado.
 
Yo llegué a casa y del estrés y agotamiento mental me fui a dormir hasta la hora de comer. Mi chico preparó la comida y comimos sin hablar del tema pero acordamos que después de comer analizaríamos la situación.
Estuvimos 2 horas hablando, analizando los pros y los contras y yo no dejaba de llorar, no paraba de llorar, me sentía desgraciada, después de todo lo que habíamos pasado y todavía nos quedaba más por pasar ¿cuándo iba a terminar esto?¿cuándo podríamos descansar?... mi chico decía que la decisión que yo tomara él me iba a apoyar, que lo que no quería era verme sufrir y que le daba miedo el verme otra vez sufrir con otro aborto. Y yo tampoco quería sufrir pero era incapaz de tomar una decisión.
 
Después de dos horas hablando y llorando me conecté para ver si leyendo foros, historias, consejos...encontraba ayuda en mi decisión, pero no fue así. Igual veía claro el hacer otro intento con mis óvulos cómo igual veía claro que había llegado el momento de mirar hacia la ovodonación con determinación. Pero no conseguía llegar a un punto en el que me sintiera cómoda y en paz.
 
Pasaron las horas, paseamos a nuestra trufa perruna, luego nos fuimos a tomar una cervecitas con los amigos por desconectar un poco o por ver si entre cervecita y cervecita me venía la iluminación...pero no es que no viniera sino que desconecté del tema completamente y no pensé en él ni por un segundo...llevaba todo el día pensando en el mismo tema y mi mente hizo "click" y se apagó...
 
Luego cuándo volvimos a casa volví a ser consciente de la realidad, volví a llorar, pero me recompuse y tomé una decisión junto con mi amore.
 
NO me iba a estimular. No era capaz, pero sobre todo no era capaz de arriesgar tanto teniendo otra opción. Habían muchos factores pero el principal de todos era que ante la imposibilidad de hacer DGP por tener poquitos embriones ¿qué pasaba si me quedaba embarazada de un embrión que ni el análisis ni la amniocentesis detectaba que estaba malito y luego tenía algún problema de salud?...todo por jugar con mis óvulos, nunca me lo perdonaria...pensé que la última FIV en la Seguridad Social no me pudieron transferir ningún embrión porque todos se quedaron en el laboratorio, ninguno llegó a vivir para poder volver a mi y eso ya era una muestra de la mala calidad de ellos...
Luego estaba mi siguiente FIV que de 3 embriones los 2 mejores que me transfirieron tenían trisomias, los dos.
Eran claros indicadores de que mis óvulos estaban viejunos por mucho que a mi me pesara...
 
Solo había una cosa que me generaba dudas y era por qué no podía hacer DGP a 2 embriones. Estaba claro que lo ideal era hacerlo a muchos, para tener una muestra mayor, pero si yo solo tenía 2 ¿por qué no podía hacerlo?
 
Pero bueno, había leído tantos casos de chicas con 8, 10 o más embriones y que les hacían DGP y no había ninguno bueno...qué me costaba pensar que en mi caso hubiera uno bueno con tan bajitas posibilidades.
 
Así que por todo eso y mil pensamientos más que harían esta entrada todavía más larga de lo que ya es, decidimos que en este momento NO eramos capaces de hacernos la estimulación.
 
No teníamos por qué agobiarnos de esa manera.

Decidimos que nos íbamos de vacaciones a desconectar y sabiendo ya que nuestro camino miraba de otra manera más realista hacía la OVO. Eso sí, se abrían ante mi muchas dudas, muchas preguntas que me tenía que hacer a mi misma, vencer ese sentimiento de tristeza y nostalgia que me provocaba el hecho de saber que mi posible bebé no llevaría mis genes, pero tenía todo el verano por delante...pero sabía que ya había salido de ese círculo neurótico del que no podía salir.

Acababa de dar el paso y lo veía desde otra perspectiva y eso era un gran avance.  
 
Y si por alguna razón, estas semanas de relax, de contacto conmigo misma, con mi amore, con la vida, con el silencio, buscando un poco de paz...si por alguna razón, pasa el verano y la realidad es que todavía no estoy lista para la OVO, pues entonces volveremos a cambiar de opinión y volveré con más fuerza y más energía a la opción de hacer otro intento con mis óvulos. Pues en este camino, tan largo, tan complejo, tan duro, dónde tantos sentimientos, dudas, pensamientos, están en juego, no es fácil saber cuándo seremos capaces de terminar de tomar una decisión y estar seguros al 100% de ella.
 
Cada persona necesita un tiempo, cada persona necesita verlo de una manera...y quizás yo he corrido demasiado, quizás yo, después de la pérdida de mis estrellitas necesitaba parar y desconectar en lugar de volver a la carga...pero es lo que me pidió mi corazón en aquel momento para recuperarme, saber cuál era el siguiente paso y ahora ya estoy aquí.
 
Un pasito más cerca de mi sueño, un pasito más cerca de mis estrellas.
 
Memole 
 
 
 







Un beso....