viernes, 30 de mayo de 2014

Mis comienzos

Hola de nuevo,
ya estoy otra vez por aquí.
 
No os he contado mi historia y hoy quiero empezar a hacerlo, aunque hoy solo os contaré parte del principio.
 
Empecé con todo esto de los tratamientos de fertilidad hace ahora 2 años. 2 años ya!!!
Y la verdad es que empecé muy feliz, pensaba, que esto era coser y cantar (ingenua de mí)  y que a la primera me iba a quedar embarazada.
Todavía recuerdo lo feliz que estaba cuándo recibí la llamada del hospital: le llegará un sobre y con la regla de junio empezará.
No podía dejar de reír, recuerdo perfectamente el momento, iba en mi coche escuchando música y recibí la llamada, y al colgar me puse a llorar de la emoción, a reír y a cantar. Automaticamente me puse a hacer mis cálculos:
- si en junio me hacen el tratamiento (que en ese momento no tenía ni idea en qué consistía) en julio ya estaré embarazada, conté 9 meses y dije ¡¡ en marzo seré mamá!!
 
Ahora me río de lo ignorante que era en aquel momento, no tenía ni idea de cómo iba esto, no había leído ni un solo blog, ni un solo artículo, nada... solo podía pensar que en marzo iba a ser mamá.
 
Pues bueno, tal y como he dicho en junio me bajó mi regla y empecé con el maravilloso mundo de la estimulación ovárica.
Antes que nada os diré, que soy una persona algo hipocondriaca, que odio los hospitales, los medicamentos, no me gusta tomar medicación, y que odio estar enferma... así que creo que soy un perfil idóneo para este tipo de tratamientos, ¿verdad?
 
Bueno, pues imaginaos mi cara cuándo recojo de la farmacia 2 bolsas llenas de cajas gigantes de medicación y jeringuillas. A continuación me empiezan a dar las instrucciones de cómo me tenía que pinchar, casi me caigo de culo al suelo!!
Me empezaron a temblar las piernas,
- ¿esto tengo que ponérmelo yo? ¿no me lo va a poner usted?
- claro, todas las chicas lo hacen...
- ya, pero es que yo no soy igual que todas...
 
Si para algo sirve todo este proceso es para hacernos fuertes, para conocer de lo que somos capaces, saber lo que es luchar por algo incluso venciendo tus miedos más ridículos pero a la vez más poderosos. Si hay que buscarle la parte positiva a este proceso, esta sería, creo yo.
 
En la próxima entrada os seguiré contando.
 
Un beso,
Memole

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